Si estás buscando un cambio refrescante al bulliciosa Ciudad de México, La Serena en Chile es donde deberías estar dirigiéndote. Te esperan playas impresionantes, historia fascinante y sabrosa gastronomía local.
La Serena es la segunda ciudad más antigua de Chile, llena de encanto colonial y arquitectura neoclásica. Se encuentra a solo una hora en avión de Santiago, o siete horas en coche. Su combinación única de playas, cultura e historia la convierte en una parada obligada para todos los viajeros.
Para explorar verdaderamente la belleza de La Serena y sus alrededores, te recomendamos alquilar un auto. Los precios de alquiler en Chile son asequibles y te ofrecen la flexibilidad que necesitas para explorar a tu propio ritmo.
Los sedanes pequeños son la opción más económica y son ideales para conducir por la ciudad. Si planeas explorar lugares más alejados con terrenos accidentados, un SUV podría ser una mejor opción.
El precio promedio de la gasolina en La Serena es ligeramente más alto que en Ciudad de México. En cuanto al estacionamiento, hay bastante disponible en el centro de la ciudad, aunque puede ser un poco más difícil encontrarlo durante el verano.
Hay tantos lugares impresionantes para explorar en La Serena. Rueda por la Avenida Francisco de Aguirre, la principal calle de la ciudad repleta de hermosas estatuas de mármol, y asegúrate de visitar el histórico centro de la ciudad, el Faro Monumental y la Recova, un mercado local donde puedes comprar productos hechos a mano.
Cuando visites la playa, te sugerimos dirigirte a Playa El Faro, la más popular de la ciudad. Para los amantes de la astronomía, una visita a uno de los observatorios de La Serena es imprescindible. También, no te pierdas el Valle de Elqui, famoso por sus viñedos y pisco.
Considera que en La Serena, el verano es de diciembre a marzo, pero casi siempre es agradable. La moneda oficial es el peso chileno y generalmente hay una diferencia horaria con México de 1 a 2 horas, dependiendo de la época del año.
No te pierdas la maravillosa La Serena, te espera con sus brazos abiertos.